viernes, 24 de mayo de 2013

La década K: más continuidades que transformaciones.


Ganada o perdida. No hay margen para más. Repetirlo hasta el cansancio dependiendo de qué lado estés del mostrador parece ser la tarea. Para analizar y describir a la Argentina actual, parece ser que con blanco y negro alcanza, ya no se necesitan los matices.

Puede ser que para algunos esto sea así, para los dueños de los micrófonos, las lapiceras y las cámaras. Para mí, no. La Argentina no ganó ni perdió, la Argentina ha vivido una década de conservación, de la no transformación. 

Si analizásemos un año político, sin dudas lo más importante son las medidas que se hayan tomado, pero como lo que está puesto en debate es una década, no podemos quedarnos en Asignación Universal mata Lázaro Báez o Tragedia de Once mata creación de empleo. Para eso, está 6,7,8.

La década del kirchnerismo puede ser bien analizada desde las disrupciones y las continuidades.

No seamos necios ni negadores. La Argentina de hoy es un país que luce más sólido que hace diez años atrás. Es evidente también que la política ha recuperado protagonismo, y que el incendio social de la Argentina de 2001-2002 ha sido apagado.

Pero también es evidente que la Argentina ha desaprovechado una oportunidad. La vocación de poder y la obstinación por conservarlo más allá de los límites temporales, ha direccionado al Kirchnerismo en el camino del conservadurismo político y el populismo económico.

¿La Argentina, se transformó profundamente o hubo maquillaje para ocultar los continuismos?

La corrupción, la pobreza, el autoritarismo, la decadencia educativa, el deterioro de la infraestructura, la primarización de la economía, el acceso privilegiado a la educación universitaria, el trabajo precario, ¿son parte del pasado o han pasado a ser características inalterables de la Argentina moderna?

¿La década Kirchnerista, robusteció el poder del Estado o, por el contrario, fortaleció un gobierno que se pretende omnipotente a expensas de un estado ineficiente y obsoleto?

¿Estos diez años, la república, sus instituciones, la Justicia, el Congreso de la Nación, las provincias y el Poder Ejecutivo se han fortalecido o han experimentado un deterioro a expensas de individualismos?

Poner a la Argentina cara a cara con los países vecinos puede ser una buena unidad de medida para comparar el desempeño de la década. El crecimiento argentino, es el 6º más alto en la región, estamos en la mitad de la tabla detrás del de Perú y Colombia entre otros países. La inflación argentina, es la única que creció en 2012 y junto con Venezuela, somos los únicos dos países con índices de de dos dígitos.

Dejamos pasar una oportunidad de transformar.

Quienes creen que ganamos una década, tienen de qué agarrarse. Quienes creen que la perdimos, tienen en qué justificarlo. 

Lo que nadie puede negar es que la Argentina kirchnerista ha vuelto culturales los vicios de un país cada vez más desigual e intolerante, que no es confiable en el mundo, que preserva millones de argentinos bajo la línea de pobreza y que está ante el fin de una década fiesta, del culto de lo efímero, donde lo insostenible es mucho más que lo sustentable y donde la necesidad de transformar la realidad, perdió por goleada ante el consumo y el éxtasis del instante.

miércoles, 24 de abril de 2013

La reforma que deforma.


La reforma de la justicia es una oportunidad de ver al kirchnerismo desnudo y sobre la mesa. Allí se lo ve tal como es: una máquina de reproducir poder y generar impunidad.

Veamos algunos ejemplos. Veamos la historia completa, pongamos al capítulo justicia en su contexto.

El gobierno acumuló poder con la Ley de Medios.
Un simple ejercicio puede darnos una respuesta. Pregúntenle a un argentino de cualquier lugar del país si en su pueblo o ciudad hay más o menos dueños de medios que hace diez años, y pregúntele también si la publicidad oficial se concentra en un par de canales o está equitativamente distribuida.

La respuesta de esas preguntas concretas desnuda la realidad: el peronismo acumuló poder con la Ley de Medios.

El gobierno acumuló poder ahogando a las provincias y llevando a la servidumbre a los gobernadores.
El gobierno pasó de ejecutar el 49% del gasto en 1999, al 56% en 2010, y de recaudar 76,5% de los ingresos a 81% en igual periodo. Entre 2001 y 2011 cayeron las  transferencias automáticas un diez por ciento y aumentó la discrecionalidad. Y con la discrecionalidad, el poder.

El gobierno acumuló poder, sometiendo, mintiéndole y debiéndole  a los jubilados.
Hay más de medio millón de juicios abiertos. En 2012 la ANSES apeló 50.000 fallos que daban la razón a los jubilados. Se niega a pagar en tiempo y forma las sentencias pero le presta al gasto discrecional, cortoplacista y clientelar del gobierno miles de millones de pesos.

En ANSES hay casi 300 mil millones de pesos para dar crédito a empresas multinacionales y pagar la delirante publicidad oficial, pero no hay dinero para pagarle a los legítimos dueños de esos fondos.

El gobierno acumuló poder con las sucesivas reformas del Consejo de la Magistratura.
En la composición original, cinco de veinte miembros pertenecían al partido de gobierno; un 25% del total. Desde 2006 cinco de trece miembros son políticos del gobierno, un 40%.

Con esa reforma, el oficialismo acumuló poder. Poder de veto. Ninguna acusación contra un juez puede prosperar en la Argentina si el kircherismo no quiere.

Con la reforma actual, que lleva el número de consejeros a 19 el kirchnerismo vuelve a sumar poder. A los cinco representantes propios le sumará los jueces y académicos que vayan en su boleta en octubre.

¿No les extraña a ustedes que el gobierno esté más preocupado por tener control del Consejo de la Magistratura que por señalar y exigirle a la Justicia el castigo de los responsables de la tragedia de Once?

¿No les parece raro que a menos de un mes de las inundaciones les interese más dominar el Poder Judicial que someter a la justicia a quienes en nombre del peronismo dilataron obras durante veinticinco años en La Plata?

A mí no me extraña, no me parece raro ni llamativo. Esa es la concepción de Justicia del Kirchnerismo. Nada tiene de legitimidad, transparencia y democracia. Mucho tiene de protección e impunidad.

Sobre dos cosas echa luz esta reforma: 1) El kirchnerismo podrá promover la destitución de cualquier juez que afecte los intereses de funcionarios oficialistas. 2) El oficialismo tendrá ahora más herramientas para continuar defendiendo a capa y espada a sus arietes judiciales, tal es el caso de Oyarbide, el juez que no puede explicar el origen de su fortuna en ingresos legales, y que desestimó una investigación acerca del origen de la fortuna de Néstor y Cristina Kirchner.

Claramente, la reforma es un retroceso. A los jueces les genera dependencia, compromisos y condicionalidades. Nada de eso es bueno para quien debe administrar justicia.

La reforma volverá a la justicia un coto partidario. La familia judicial será reemplazada por la misma familia que concentra licitaciones, obra pública, recursos de Anses, medios de comunicación y explotación de recursos naturales.

Con la reforma la Argentina será un poco menos democrática; más electoral, pero menos diversa, tolerante, libre y trasparente. 

martes, 2 de abril de 2013

El BRICS, una nueva oportunidad para Argentina.


Mientras Argentina mira para otro lado y nos enfrascamos en opiniones y debates sobre el corto plazo, hay un mundo que se diseña a largo aliento. La iniciativa de los países nucleados en el “BRICS” de crear nuevas instituciones financieras de orden global, señalan un espacio y un camino que no le deberían ser ajenos a nuestro país.

“BRICS” hace referencia a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y componen un acuerdo desestructurado con cumbres presidenciales anuales desde el año 2009. Estos cinco países, son considerados los poderes emergentes más relevantes del orbe.

Juntos, concentran más del 40% de la población de todo el mundo, producen el 21% del PBI de todo el planeta y dan origen al 20% de la inversión extranjera directa mundial. Además, han multiplicado el comercio entre sí más de diez veces en la última década.

Desde la caída de la Unión Soviética a principios de los años `90, el mundo se está reconfigurando.  Si la imagen político- estratégica de la caída del viejo orden de Guerra Fría fue la disolución de la Unión Soviética; el atentado a las Torres Gemelas y la profunda crisis económica que experimentan los países desarrollados desde 2008, representan el fracaso de occidente, encabezado por Estados Unidos, en el intento de imponer su propio modelo en el mundo.

Hoy, ningún país es suficientemente poderoso como para imponer su agenda, decisiones e ideas. En ese marco, con una multiplicidad de países de mediano poder, el evidente surgimiento de países en vías de desarrollo, con alto crecimiento económico, concentración de recursos naturales y numerosa población, cobra relevancia la asociación de ellos en el marco del BRICS.

Hace semanas, en una cumbre presidencial desarrollada en Sudáfrica, este grupo de países dio a conocer su intención de crear nuevas instituciones financieras que reemplacen al FMI y el Banco Mundial. En otras oportunidades Brasil, India y Sudáfrica han bregado por la reforma del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde Estados Unidos, Reino Unido, Francia además de China y Rusia tienen participación permanente y derecho a veto luego de su creación tras la Segunda Guerra.

Si bien todavía muestran dificultades de coordinación, expresan culturas políticas diversas y no cuentan con una estructura permanente, en los BRICS se concentra un polo de poder mundial de relevancia. Ese parece ser el espacio donde mejor podría insertarse Argentina. Tenemos con estos países un importante comercio potencial, son economías complementarias a la nuestra y mercados de enormes magnitudes.

El mundo nos da una nueva oportunidad. Países como Argentina están llamados a protagonizar un nuevo orden más horizontal, donde los recursos naturales tengan un rol primordial. En este sentido, cobra aún mayor relevancia dar previsibilidad y mostrar disposición y capacidad para abordar cuestiones financieras, comerciales, energéticas y ambientales en la región y en el mundo emergente.

Aprovechar la oportunidad no dependerá de lo que hagan los BRICS, sino de Argentina. De una estrategia coherente de inserción en el mundo, donde el comercio y el sistema financiero sean explotados como oportunidades y Latinoamérica sea algo más que una herramienta discursiva para ser una red integrada en materia energética y productiva.

En el mundo hay nuevos vientos y nuevas oportunidades, aprovecharlos dependerá de que Argentina defina dónde quiere ir. Como dijo Séneca hace dos mil años: “No hay vientos favorables para el que no sabe dónde va.”

jueves, 21 de marzo de 2013

No Vale nada.


Malargüe es la localidad más austral de Mendoza. Tiene 27.000 habitantes y es el departamento más extenso aunque uno de los menos poblados. De esos 27.000 habitantes, quitando jubilados y menores de dieciocho años, Malargüe cuenta con alrededor de 17.000 personas en edad económicamente activa. De ellos 821 trabajaban en la explotación de Potasio- Río Colorado.

En San Rafael, departamento cabecera del sur de Mendoza, viven unas 190.000 personas. De ellos, quitando niños y jubilados, quedan unas 115.000 personas en edad económicamente activa. 600 trabajaban en la Vale.

A un sueldo promedio de ocho mil pesos mensuales, en Malargüe van a faltar por mes seis millones y medio de pesos. Con ese mismo sueldo promedio, en San Rafael faltarán casi cinco. En Malargüe, es algo así como trescientos ochenta y dos pesos por malargüino económicamente activo, en San Rafael algo más de treinta pesos.

El comercio, el agro, la industria y toda expresión económica de la región, ya lo está sintiendo. Si a esos números, sumamos los provenientes de otros lugares y los indirectamente empleados podemos superar los nueve mil.

Es difícil encontrar un caso que concentre y refleje tan claramente las debilidades y la mala praxis de gestión del Kirchnerismo. En el caso Vale hay de todo. 

Hay errores de política exterior del Kirchnerismo, que no ha cesado en el fomento de conflictos comerciales con sus países vecinos; especialmente Brasil, lugar de origen de la empresa Vale. A la par de los humores e ideas de Moreno, dos o tres veces por año miles de dólares en productos durables y perecederos quedan frenados en la aduana por días, semanas y hasta meses, sin explicaciones evidentes, lógicas o comprensibles. Un país así, difícilmente pueda contener y dar garantías a una inversión de seis mil millones de dólares.

Hay errores de política económica del Kirchnerismo, que hace inviable inversiones a priori rentables. Con una inflación piso de 25% y expectativas de expansión y un tipo de cambio relativamente estable, la pérdida de competitividad es alarmante.

Pero además el caso Vale nos sirve para ponderar otras cuestiones. Es muy común  escuchar que la institucionalidad, el equilibrio de poderes y el federalismo son intangibles, no hacen a la calidad de vida, no son en realidad activos en sí mismos. Vale pone en evidencia todo lo contrario. 

El deterioro de la calidad institucional de la Argentina es tal, que para salvar el proyecto dependimos de una reunión entre Dilma Rousseff y Cristina Kirchner que no se realizó por la muerte de Chávez. En un país que tiene ministerios de economía, industria, infraestructura, un jefe de gabinete y centenares de funcionarios jerárquicos, la reunión que podía salvar el proyecto no se hizo porque la cumbre presidencial no fue posible. Casi una foto de la época medieval donde las guerras se iniciaban por malos entendidos entre los príncipes, y debajo de ellos no había nada, solo soldados.

A su vez, ese deterioro institucional afecta profundamente al federalismo. Mendoza cuenta con un gobernador, y San Rafael y Malargüe con dos intendentes, que practican acríticamente y durante las veinticuatro horas del día un chupamedismo militante digno de una obra teatral. La capacidad de los responsables de las administraciones municipales y provincial es reducida, pues se trata de delegados de la presidenta más que representantes de su pueblo. 

La realidad, es que en el sur de Mendoza el modelo ha pegado duro, mostró su peor cara, la de la desidia y necedad de sus gobernantes; la de un gobierno que en 2013 se lo ve aturdido y preocupado solamente por la sucesión, porque un presidente peronista les garantice en 2015 lo que ellos le garantizaron a Duhalde y lo que antes Duhalde le garantizó a Menem: la impunidad.

En Mendoza no hay ganancias extraordinarias en las explotaciones agrícolas. Más aún, muchas agonizan porque los precios hacen inviable la producción a pequeña y media escala de duraznos, damascos y peras y porque el Estado aparece mal y nunca cuando las contingencias climáticas castigan.

En Mendoza no hay grandes polos industriales. En el sur de la provincia no hay hoy más fábricas que en los `90, las conserveras no se han recuperado, los secaderos tuvieron un 2012 para el olvido y año a año se pierde empleo industrial. 

En el sur de Mendoza, los `90 todavía no terminan, siguen por cadena nacional y con la Anses reemplazando a las fábricas y fincas de hace veinte años. Diez años de “El modelo”, sólo nos dejaron una plaza y la terminal de ómnibus y engordaron en un par de semanas el ejército de desempleados en más de 4000 trabajadores.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Venezuela.


Más allá de los duelos y las valoraciones personales sobre Hugo Chávez, hay detrás de él una época que termina, un mandato de 12 años, un gobierno distinto y un modelo alternativo a lo hasta ahora conocido.

Escribo esta nota de la forma más desapasionada posible, lo aclaro porque se trata de una persona y un gobierno que consiguen sacar más sentimientos que pensamientos, aún de los más lúcidos políticos, analistas, académicos y periodistas.  

Durante las presidencias de Chávez se redujo notablemente la pobreza, hubo una evidente extensión de los servicios básicos sanitarios y educativos, creció ostensiblemente el PBI del país (determinado en gran parte por el alza de los precios del petróleo). Sin dudas, en las mejoras sociales se sustentó una mayoría electoral sólida. Las gestiones chavistas devolvieron efectivamente la dignidad a millones de venezolanos.

También es cierto que el origen político de Chávez está íntimamente ligado al autoritarismo. De hecho, en 1992, lideró un intento de golpe de Estado contra un presidente constitucional y legítimamente electo, Carlos Andrés Pérez. Su desarrollo político, también lo está, el régimen que él encabezó tiene presos políticos, es decir priva de la libertad a dirigentes y funcionarios que no responden a sus ideas. Las expresiones disidentes están condicionadas y el aparato del estado se encuentra al servicio de la mirada oficial y persigue a quienes desde el sindicalismo, el empresariado o la política partidaria expresan opiniones disonantes.

Sí creo que Hugo Chávez marcó una época y fue el actor principal de la región latinoamericana en un mundo que se está experimentando un cambio de sistema y que aún en proceso de configuración, deja ver que en el futuro las regiones periféricas, Latinoamérica entre ellas, tendrán un rol destacado.

La primera reflexión que emerge luego de la noticia del fallecimiento de Hugo Chávez es que ha habido un caso paradigmático de irresponsabilidad electoral, que pretendió esconder a su vez una debilidad real del chavismo a la hora de proyectar un recambio. Si tenemos en cuenta que la enfermedad que terminó con la vida de Chávez ya lo había comprometido en algunas intervenciones quirúrgicas fuera de su país, y evidentemente no había desaparecido, parece ciertamente insensata la candidatura de Chávez para un mandato de seis años que a posteriori ni siquiera pudo asumir.

Esta cuestión electoral tiene su correlato institucional. El régimen venezolano, innegablemente democrático y participativo en su origen tiene en el personalismo exacerbado una característica fundamental. Ese culto de la persona efectivamente daña las resistencias potenciales de las instituciones y diluye esa democracia de origen con efectivas acciones autoritarias en el ejercicio del poder. Tal vez el caso más cercano sea la autorización de la Corte venezolana a que, a pesar de lo estipulado por la Constitución Bolivariana, el 10 de enero se extendiera el mandato de Chávez  pese a que no estaba ni siquiera en el país.

Chávez deja un país con menos pobres, un Estado más presente y una mejor distribución de la renta. Ese mismo país también tiene los índices de violencia más altos de la región, una galopante inflación y una dependencia del petróleo tan perversa como veinte años atrás. Venezuela es, claramente, un país con dos caras.

Quien murió fue la personalidad más influyente de Latinoamérica en los últimos veinte años. La cantidad de aciertos y errores que se le adjudiquen dependerá de la mirada de cada uno.

Yo no coincido en que la mejora de los estándares de vida de los más desfavorecidos requieran limitaciones a las libertades, estatismo acrítico y personalismos autoritarios y deseo que la transición que vivirá el pueblo venezolano sea pacífica, transparente y profundamente democrática.

lunes, 18 de febrero de 2013

La memoria, la negocian; la verdad la ocultan; la justicia, la entregan.



Memoria, verdad y justicia. Cuando muchos creían que esas banderas que recuperamos como país hace 30 años se las había apropiado un gobierno, su mitomanía lo puso nuevamente en evidencia.

La memoria, la negocian; la verdad la ocultan; la justicia, la entregan.

Sorpresivamente, sin justificación y en una claudicación lisa y llana, el gobierno nacional consiguió, en una semana, con su errática política exterior, entorpecer la reivindicación territorial más importante – Malvinas-, y entregar una reivindicación de dieciocho años: esclarecer el atentado a la AMIA.

En un mundo donde coherencia, previsibilidad y firmeza son activos esenciales de la diplomacia, el gobierno de Cristina Kirchner, entregó todos a cambio de nada.

Ningún funcionario puede responder las preguntas más sencillas en torno al acuerdo que han firmado con Irán: por qué una comisión de la verdad, por qué tiene participación la justicia iraní, qué pasa después del dictamen de la comisión de la verdad, cómo se pasa de la verdad a la justicia, qué carácter jurídico tendrán las entrevistas a los implicados en la causa.

No hay razones a la vista que indiquen que el camino tomado por Argentina pueda dar resultados. El contexto condiciona a la negativa:

1-    Irán tiene elecciones este año y varios de los sospechosos estarán involucrados directamente.
2-    La situación de Irán en el mundo es compleja. Peleado con la mayoría de las potencias y en infracción con diversas normas internacionales, no es un país prestigioso, confiable ni previsible.
3-    Durante dieciocho años el gobierno iraní se negó sistemáticamente a facilitar la investigación, más aun señalando hasta la actualidad que lo de la AMIA era un autoatentado.
4-    La relación de Irán e Israel es inexistente en lo diplomático y pésima si se analiza en función de las perspectivas de defensa.
5-    El actual gobierno iraní, señalado como del ala “populista”, tiene una inclinación natural hacia el nacionalismo, y ha hecho de la negación del holocausto y la vocación de conflicto su sello en las relaciones internacionales.

El kirchnerismo nunca se llevó bien con la política exterior. En el mundo de la diplomacia los resultados se hacen esperar y son consecuencia de políticas de estado proyectadas en el tiempo. Nada peor para un gobierno que necesita comunicar antes que gestionar.

El mundo pone en evidencia a los modelos pasajeros, los gobiernos imprevisibles y la los gobernantes poco confiables. Ese mundo, ha sido impiadoso con el kirchnerismo, aun cuando el contexto económico y geopolítico ofrece oportunidades a los países emergentes, Argentina ha perdido relevancia en los foros internacionales y visto relativizado su peso en la región.

En el acuerdo con Irán convergen todos los vicios de un gobierno que luce cada vez más débil, condicionado y entrampado ante la imposible ReReelección. Juntaron incapacidad, incoherencia, desesperación y chantaje, le dieron crédito al homófobo, negacionista y misógino gobierno iraní y firmaron este adefesio, que nos aleja de la verdad y entrega a la justicia.

martes, 8 de enero de 2013

Mi carta para Cristina.

Dear President,
Actué una vez, fue en el acto del 17 de agosto de 1992. Hice de San Martín, no soy Darín pero la única vez que actué fui protagonista. No hay filmaciones y no tuve la repercusión necesaria como para pedir una reunión mano a mano con usted, pero como anda en el mundo de las cartas, le escribo la mía. La idea es pasarle las inquietudes que le plantearía en una reunión si usted aceptara juntarse conmigo.
Me costó, pero reduje la lista a 10 puntos. En la reunión la leería en dos minutos, se la paso con antelación para que prepare las respuestas. Al fin y al cabo es la presidenta, y una ventajita corresponde darle.
1- ¿Por qué el ciclo educativo 2012 terminó con más chicos fuera de las escuelas que cualquiera de los anteriores desde 1983? Hoy, un millón de jóvenes no estudian ni trabajan, ¿qué hacemos con eso?
2- A propósito de la educación. Sé que usted se vanagloria de haber sido educada siempre en instituciones públicas. ¿Sabe que el mismo ministerio de Educación reconoce que la matrícula de las escuelas públicas cae en detrimento de las privadas? ¿Qué opinión le merece esto?
3- ¿Por qué mientras el presupuesto que usted destina a publicidad ronda los 7 mil millones de pesos, a la recuperación del tren Sarmiento –cuyo estado de abandono se llevó la vida de 51 personas-, se destina sólo una décima parte?
4- ¿A qué se debe que en el presupuesto nacional 2013, el gasto destinado a seguridad crezca –comparado con el de 2012-, a menor tasa que la inflación resultando en la práctica un recorte en las partidas para atender la inseguridad?
5- En mi provincia, Mendoza, se paga al productor 1 peso por el kilo de damasco. Ese mismo damasco se vende en Buenos Aires a más de 15 pesos. ¿Qué opinión le merece esto?
6- El año pasado importamos energía por 12.000 millones. Durante la presidencia de su esposo y las suyas, se hicieron menos pozos de exploración petrolera que durante los gobiernos de Menem. Además, cayó la producción de gas. ¿Hace alguna autocrítica de la política energética que aplican desde 2003?
7- Del total de asentamientos de emergencia que hay en el Gran Buenos Aires, un 16% se crearon en los últimos 10 años, y la población de los existentes creció un 55%. Es decir, que lejos de producirse una urbanización ha crecido la población que vive en condiciones precarias. ¿No le parece un contrasentido que esto ocurra cuando el país ha crecido a tasas chinas? ¿Se habrá producido a caso una distribución inversa de la riqueza?
8- ¿Qué reflexión le merece que entre 2003 y 2010 haya crecido un 1400% la pauta de publicidad oficial, y que en ese mismo período el gasto consolidado en salud del Estado Nacional lo haya hecho 10 veces menos?
9- Uno de cada cinco jueces federales es subrogante, es decir, cubre una suplencia. Esta situación genera que algunos de ellos que esperan su designación definitiva sean permeables a sugerencias de quien recomienda su nombramiento: el gobierno, o de quien los designa: el Senado con mayoría oficialista. Por otro lado, jueces como Norberto Oyarbide cubren vacancias, y a la hora de los sorteos, es como si comprasen dos o tres números de lotería: es más probable que las causas caigan en sus manos. ¿A qué se debe que haya más de 150 ternas pendientes en el Poder Ejecutivo que no son enviadas al Senado aún cuando los concursos fueron realizados? ¿No le preocupa esto? ¿Una buena reforma de la justicia no debería arrancar por Oyarbide?
10- El último punto, más que pregunta es un comentario. No está bueno el mensaje de pagar a una empresa inglesa un palo verde por un avión para ir a Asia, tampoco que Aerolíneas haya perdido mil millones durante 2012. Es complicado para los chicos que se matan defendiéndola a usted y su gobierno justificar eso en los asados de verano. No los haga pasar por esa situación incómoda, o avíseles con tiempo, porque no se lo merecen y son los primeros que sienten el rigor.

Verá usted que mis inquietudes se limitan a hechos y situaciones puntuales. Me encantaría preguntarle acerca de la inseguridad, la inflación o la corrupción. Sueño con debatir la idea de “Nacional y Popular”, consultarle sobre los fondos de Sueños Compartidos, Ciccone, Schoklender, la valija de Antonini, la bolsa de Miceli, la mafia de los medicamentos, las demoras con la Ley de Trata, el cajoneo de la Ley de Información Pública, las concesiones de los trenes, el impuesto a las ganancias o el avión de Southern Winds. Pero no me parece que corresponda abusar de su buena voluntad y plantear mil temas. Además, estimo que le dedicará la mayor parte del tiempo de trabajo a la inseguridad y la inflación, más allá de que algunos malintencionados nos hagan creer que se preocupa más por su ReReelección.

Espero nos veamos pronto, yo sólo pongo una condición -y no la negocio-, avíseme si en el encuentro van a andar cerca Boudou, Jaime, Schiavi, De Vido, Rudy Ulloa, Cristobal López, Lázaro Báez o alguno del equipo. La notebook todavía la estoy pagando, y no quiero llevarme una sorpresa.
Me despido always atentamente,
Fran.