martes, 31 de enero de 2012

No se hagan los rulos.

Diario Tiempo Argentino. Junio de 2011. Nota de opinión de un referente de la JP de La Plata: “La renovación política es la expresión de la transformación económica y social en el Estado.”http://tiempo.infonews.com/notas/renovacion-politica-proyecto-nacional
Página 12. Noviembre de 2011. Escribe José Natason: “Ubicar a jóvenes en lugares de decisión les permitirá foguearse en los rigores del día a día del gobierno para jugar más tarde en ligas mayores. En segundo lugar, y ya desde un punto de vista más electoral, conviene recordar que Cristina Kirchner tiene vedada la reelección y que por lo tanto debe comenzar a pensar en construir un sucesor diferente al que desde el primer día le querrá imponer el peronismo, sea Daniel Scioli o Juan Manuel Urtubey o José Manuel de la Sota. Una juventud consolidada y potente puede jugar un rol importante en la interna del PJ."http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-181010-2011-11-11.html
Notas de estas, miles. Un gobierno que ha extendido astronómicamente su poder de influencia mediática generó espacios de sobra donde intelectuales, militantes, periodistas, funcionarios, teoricen sobre los jóvenes que se acercan al modelo nac&pop.

Con la sintonía fina hay muchas cosas que pueden estar difusas, pero hay una clara, clarísima. La distancia entre el relato y la realidad será una brecha que se ampliará duro y parejo de acá a 2015. Kirchnerismo y juventud es un ejemplo puntual de ello. Y no por las posiciones del oficialismo respecto a la minería a cielo abierto (que concentra interés juvenil), o el redireccionamiento de fondos de las universidad públicas al Fútbol para Todos. El problema lo van a tener cuando renovación pase a ser una palabra del pasado y salga del discurso del presente.

Dos hechos permiten graficar la cuestión juventud y kirchnerismo.

Uno de 2011. Un gran triunfo comunicacional del oficialismo fue la constitución de las listas para las pasadas elecciones de octubre. Es un caso de estudio: gobiernan hace 8 años, muchos de ellos cargan en sus espaldas roles preponderantes en los años `90, han tenido la cara expuesta durante los últimos veinte años y fueron capaces de mostrar la propuesta nacional más fresca y juvenil. A 10 jóvenes los hicieron diputados nacionales.

El otro más antiguo. La creación del emporio de La Cámpora. Por momentos agencia de empleos de jóvenes tan rebeldes como acomodados que concentró la atención de medios propios y críticos como no lo hizo ningún partido de oposición. A veces pareciera que La Cámpora fuera el alma del gobierno y la línea de defensa del modelo.

El kirchnerismo logró la adhesión en la calle y en las urnas de muchos jóvenes. Algunos más fanáticos hablarán del acercamiento masivo de jóvenes al funeral de Néstor Kirchner, otros harán hincapié en la avanzada de la Ley de Servicios Audiovisuales, muchos preferirán señalar la extensión de derechos, principalmente el matrimonio igualitario.

Ahora, ¿cómo se comprende esta imagen de renovación de jóvenes volcados a la participación política, de nuevos aires, con la voluntad rereeleccionista? Se comprende en tiempos verbales. Se comprende en pasado, presente y futuro. Se comprende en que la renovación tiene un límite, eso que no se comparte, no se convida ni se distribuye: el poder.

El kirchnerismo siempre fue una construcción centrada en dos tiempos. Pasado y presente. El relato del pasado y la justificación del presente con una audacia que pocos tienen. Nunca el Kirchnerismo tuvo visión de futuro.

Sus militantes, los grandes y los jóvenes comparten esta mirada. Hoy, el desafío es la sustentación del poder más allá de 2015. Para eso, hay una sola garantía. La re re de Cristina.

¿Qué hace que en un mismo acto aplaudan Boudou, Beder Herrera, Cristobal López, Insfrán, D´Elia, Milagro Sala, la Barrick Gold y Ricardo Forster?

Cambiemos la pregunta. ¿Quién, además de Cristina podría arrancar aplausos coordinados de Boudou, Beder Herrera, Cristobal López, Insfrán, D´Elia, Miliagro Sala, la Barrick Gold y Ricardo Forster?

¿Scioli? ¿De la Sota? ¿Urtubey? ¿Massa? Ninguno. Todos son parte del relato del pasado y forman parte de la gestión improvisada del presente. Ninguno podría garantizar estabilidad que a futuro garantiza Cristina Kirchner en el poder.

El reformismo constitucional es el reflejo de ello. El peronismo ya está discutiendo poder. El peronismo no va a esperar a 2013 o 2014 para acomodarse. Instalan hoy la reforma o los empieza a comer ese tiempo discriminado por el relato, el futuro. En ese lugar, los jóvenes, los nuevos se quedan afuera, en la plaza moviendo las banderas y haciendo pegatinas.

Chicos, no se hagan los rulos.