jueves, 19 de julio de 2012

Pegame y decime Marta.

Vamos a hacer un ejercicio. Los protagonistas son el Sr X y la Sra. Y. No se trata de matemática, de los ejes y los cuadros. Se trata de una historia con comienzo lejano, allá por 2005.

Por aquel entonces, el diario Clarín formaba parte del Frente Transversal para la Victoria, emancipador y recomponedor del país. Así que, tomar una nota de ese diario no habría de ser una razón para que se declare a esta reflexión nula de nulidad absoluta.

El Sr. X era Presidente la Cámara de Senadores y vicepresidente de la Nación. La Sra. Y era en ese entonces Senadora por Santa Cruz.

Ese día comenzaba una larga historia que tendría luego varios rounds más con el mismo trámite: la Sra Y le pega al Sr X, el Sr. X mirá atónito, pone la otra mejilla, pone la espalda, la nuca, las nalgas. Pone su cuerpo y parece decirle “Pegame y decime Marta”.


"No me extraña de la Presidencia. Ya hubo otras actitudes vinculadas con estas cuestiones que aparecen en la prensa, y nadie sabe de dónde surgen, sobre situaciones que no se suceden."

La Sra Y tiraba con saña, el Sr X no se agachaba y se reía cuando le pegaban los piedrazos.

La Sra Y, tiene nombre, se llama Cristina. El Sr. X, también tiene nombre, se llama Daniel. Hace 10 años que no se quieren pero se necesitan. A los dos les tocó administrar las joyas de la abuela. Son como esos primos que no se quieren ni un poquito, pero que tienen que dividir entre ellos los que dejó la vieja.

Hay una que lleva la casa adelante. Es la matriarca. El otro es el primo callado, tal vez medio limitado en sospecha de muchos. Ella prepara las fiestas de fin de año, organiza la comida, reparte los regalos de navidad y divide los gastos. Él nunca dice nada importante, está en todos lados, sonríe y es querido por las tías.

Ella gana cuando juegan al Monopoly. La especialidad de él es el tejo en la playa, si hay sol, mejor.

Los dos se están poniendo grandes, y la verdad que la generación que viene, está flojita. Los chicos no terminan la escuela y se acostumbraron a la cunita de oro. La matriarca los protegió mucho pero a su vez le tienen mucho miedo, no le dicen la verdad, agachan la cabeza y prefieren que ella no se enoje aunque ponga en riesgo la herencia.

Daniel, es complicado. Todos dicen que no es malo, pero nadie dice que no es bobo. No sabe hacer las cosas mal. Tampoco las sabe hacer bien. La matriarca le puso un muchacho cama adentro. Gabriel. Él sí que no deja dudas. Sabe que nunca será de los que mandan; habla, chusmea, charla con las vecinas y espera el momento para ponerle veneno en la comida al pasmado de Daniel. Es tal vez el protagonista más triste de la película, anda todo el día de ruleros con la escoba y el monedero bajo el brazo. Es probable que muera así, sin soltar la escoba y mirando Intrusos.

En el medio hay muchos. Está Florencio, el tío Aníbal (está grande el viejo, ya no puede ni cortarse el bigote solo), y el Chofer Hugo (uno de los que vio que perdía el laburo si la familia se va a pique, y se fue con el camión a otro lado).

La familia está complicada, la plata que había dejado la abuela se está acabando, la tía se pone vieja, está cansada y tiene que dejar su lugar. Nadie cree que el tío Daniel pueda, en realidad nadie sabe si es o se hace. Los vecinos lo quieren, las tías también, pero en la familia lo tratan como un hijo bastardo y ellos en la intimidad saben que no puede ir solo ni a pagar las tasas municipales de su casa.

Mientras tanto, Cristina sigue pegándole a Daniel, como aquella tarde de 2005. Daniel liga, no tiene reflejos y no deja de sonreír. Cuando termina parece decirle por lo bajo, “eh vos, Cristina, pegame y decime Marta."

miércoles, 11 de julio de 2012

Cristina: Hagamos un trato, quedate con Ganancias pero bajemos el IVA.

A quién se le cobran impuestos en la Argentina. El tema de ganancias y el debate en torno a si deben gravarse con ese impuesto los salarios, trae un tema que es más amplio e incluso estructural.
Más allá de los discursos y etiquetas, cómo se financia el Estado y en qué gasta puede darnos una idea de cómo interpretamos nuestra sociedad. La pregunta del millón es quienes financian al Estado en la Argentina.
Para eso consulté dos fuentes, por un lado el Informe de recaudación 2011 de la Afip, por otro la información que reúne Wikipedia respecto al Impuesto al Valor Agregado en el mundo.
Vamos con la información concreta. Los tributos explicaron en 2010 el 57% de la recaudación del Estado Nacional y se mantuvo prácticamente sin variaciones en 2011. De eso, encontramos que el IVA representa el 46% del total. En tanto que Ganancias es el 32%. Entre ambos impuestos sostienen casi el 50% de la recaudación total del Estado Nacional.
Recaudación de impuestos 2011.
CONCEPTO
2010
2011
Dif.
Var. %
IVA
116.386
154.236
37.851
32.5%
GANANCIAS
76.652
108.598
31.946
41.7%
CUENTAS CORRIENTES
26.885
36.179
9.295
34.6%
COMBUSTIBLES
15.269
18.131
2.862
18.7%
INTERNOS Y ADICIONAL DE EMERGENCIAS SOBRE CIGARRILLOS
10.288
11.983
1.695
16.5%
TOTAL
252.679
336.520
83.840
33.2%

Son dos impuestos de naturaleza distinta. Uno, Ganancias, se puede etiquetar como “progresivo” dado que se paga en función de cuanto se gane. Quien más gana, más paga. Otro, el IVA, es de los “regresivos”, porque paga lo mismo el que cobra 1 que el que cobra 1000. Peor aún, como es un impuesto ligado al consumo (se paga cuando se compra), y quienes menos cobran consumen proporcionalmente más (si cobro 1000 pesos lo gasto todo en necesidades básicas, en cambio se cobro 20000 ahorro una parte que no consumo), cae con más fuerza sobre el que menos tiene.
Más allá de los análisis que se viertan desde la economía, y lo que opinen los especialistas en la materia, como sociedad algunos datos para la reflexión quedan.
En Argentina el IVA tiene una tasa nominal del 21% sobre el valor de venta. Después de Uruguay (22%) es el más alto de la región. En Chile el 19%, Venezuela el 12% y Brasil el 5 o 7%.
En el mundo, salvo los países nórdicos (Noruega, Finlandia y Dinamarca) todos tienen alícuotas por debajo del 21%. Claro que estos países poseen índices de desigualdad social menores que Argentina.  Dinamarca es el 2º más igualitario, Noruega el 4º y Finlandia el 7º. Argentina se encuentra cerca del puesto 50.
Según dice la presidenta, Argentina ha experimentado el período más importante de crecimiento sostenido en 200 años. Ocho años después, hay un 40% de argentinos que están o desocupados o trabajando en la informalidad, y el IVA, impuesto regresivo si los hay, se encuentra entre los más altos del mundo, al mismo 21% que estableció el menemismo en 1995 y que estaba cuando empezó la historia, allá por mayo de 2003.
Países latinoamericanos
Tasa nominal IVA
Uruguay
22%
Argentina
21%
Chile
19%
Perú
18%
Colombia
16%
México
16%
Bolivia
15%
Venezuela
12%
Ecuador
12%
Paraguay
10%
Brasil
5-7%
Otros países

Dinamarca
25%
Noruega
25%
Finlandia
23%
Reino Unido
20%
Holanda
19%
España
18%
China
17%
Sudáfrica
14%
Australia
10%
Japón
5%

Mirá lo que son las cosas, se muestra como un triunfo que sólo un 40% de argentinos trabajen informalmente o no tengan trabajo. Ellos comen, y la canasta básica de alimentos de ellos está gravada con ese 21%. Hasta ahora el modelo funciona sin ellos, pero sin ellos en tanto sujetos de derecho, pero con ellos a la hora de recaudar para financiar al Estado.
Pifiamos el debate si pensamos solamente en Ganancias. El esfuerzo del Estado debiera pasar por reducir la alícuota del IVA antes que pensar en Ganancias, que como dijo la presidenta, afecta a tan sólo un 19% de la población.