Dos fotos.
Una: Hace un año
Cristina era electa presidenta por goleada, knock out, abandono, aplastamiento o
como se quiera decir. Sacó más de diez millones de votos y una diferencia de
siete con el segundo.
Dos: En un rato
en las principales plazas del país se van a juntar millones de argentinos a
protestar. Enojados con la política, con todos, pero especialmente con quien gestiona, manda y decide. La pregunta obvia es ¿qué pasó en un año que no había
pasado en nueve?
Desde febrero en la calle se habla de trenes, Ciccone, las casas de
Bonafini y Shoklender, inundaciones varias y lo que ganan los gendarmes. En las
provincias no sojeras la economía se frenó este año, se perdieron empleos y lasfábricas tambalean. De norte a sur los sueldos perdieron con la inflación.
El gobierno por
su parte, presentó la épica recuperación de YPF que un par de meses después
luce agotada, impotente y estática. No hay forma de mostrar que una buena
gestión de YPF haya repercutido en la vida diaria, la nafta aumentó y falta
energía. Intentó recuperar iniciativa con el voto a los chicos de dieciséis. Se
aprobó en el Congreso hace un par de días, pero pasó sin pena ni gloria.
Especialmente entre los beneficiados.
Al
perder la iniciativa y no tener control sobre la agenda la presidenta se ve
aislada y se equivoca más de la cuenta. Acá van ocho ejemplos de negaciones o negligencia, en cualquier caso, 8N.
1 N- Una semana
después de Once, reaparecía tras un largo silencio diciendo “vamos por todo”.
2 N- Fue a Harvard en septiembre, y con una inflación que le gana
a los salarios, en tono gracioso y docente dijo que si esta fuera del 25%, el país estallaría.
3 N- Hace un año que los industriales tienen frenados insumos en
la aduana, no ingresan algunos remedios oncológicos y quienes tienen familiares
en el exterior no pueden enviar remesas. Pese a ello, aseguró que el cepo es “un mito urbano”.
4 N- Hace más de un año que no se actualiza el mínimo no
imponible del impuesto a las ganancias. Hoy alcanza a trabajadores que no son
propietarios, alquilan y no tienen capacidad de ahorro. A pesar de eso, la
presidenta los hizo sentir como privilegiados porque un montón están en negro.
5 N- Hace un par de semanas, la presidenta que hace cinco años tiene bajo su mando las fuerzas de seguridad que combaten el narcotráfico, dijo claramente y como si nada que se venden drogas en las puertas de las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires.
6 N- También semanas atrás, la presidenta que desearía ser nombrada campeona de los derechos humanos, dijo clarito y al pie por cadena nacional que "Hay que tenerle miedo a Dios y un poquito a mí."
7 N- En los último meses desde la publicidad oficial, un Estado omnipotente, en desigualdad de condiciones y con dinero público atacó sistemáticamente a periodistas, empresas y dirigentes políticos opositores mostrando vocación autoritaria y hegemónica como nunca antes lo había hecho.
8 N- Hace dos días dijo que el compromiso del Proyecto Nacional con la educación pública, es inquebrantable. Lo que tal vez no le haya dicho su ministro Sileoni, es que hay desde 2003 una migración sostenida de chicos que dejan la educación pública por la privada.
En este año la
sociedad no cambió. Cambió la presidenta. No es que no interesen los derechos
humanos o el gran problema sea ahorrar en dólares. El problema es que hay tipos
que se inundaron en Luján porque el Estado no dragó el río en los últimos
treinta años. El problema es que hay industriales que echaron empleados porque
no pueden importar insumos. El problema es que los empleados bajo convenio
perdieron este año con la inflación. El problema es que hay apagones porque no
ha habido inversión en el sector energético.
El último
problema es que como buen gobierno conservador, el de Cristina está dispuesto a
que en su gestión la sociedad llene plazas para reivindicar y recordar un
pasado; pero se niega, descalifica y discrimina al que se anima a ir a la plaza
para cuestionar el presente.
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